En junio Cuba abolirá visado para cubanos en el extranjero
Frank Martin
WDS
WORLD DATA SERVICE,- Fuentes oficiales cubanas en Estados Unidos confirmaron que las autoridades de la Isla abolirán los permisos de entrada a Cuba que necesitan los cubanos residentes en el extranjero para viajar a su país, mientras que el gobierno del presidente norteamericano, George W. Bush, continuó en su esfuerzo por prohibir a los ciudadanos estadounidenses que viajen al país caribeño.
La agencia de noticias estadounidense AP y el diario miamense Miami Herald, dijeron este viernes que a partir del primero de junio cobrarán vigencia los nuevos reglamentos cubanos en ese sentido, y citaron como fuente a Lázaro Herrera, vocero de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington, D.C.
El gobierno cubano anunció desde el año pasado que, en efecto, el denominado permiso de entrada quedaría abolido en 2004. A partir de que ello ocurra los cubanos que residen en el extranjero podrán viajar a su país con el uso de su pasaporte debidamente legalizado por las autoridades isleñas.
La necesidad de esos permisos fue establecida por La Habana cuando el conflicto entre Estados Unidos y Cuba era particularmente intenso y violento en la década de los años 60, y personas y agrupaciones radicadas en territorio norteamericano, entre otras, llevaban a cabo con frecuencia acciones anticubanas consideradas como terroristas.
De esa manera los permisos fueron aplicados como una medida defensiva cubana, según fuentes oficiales del país caribeño.
El diplomático Herrera fue citado por las fuentes norteamericanas de noticias al señalar que "desde el 1ro. de junio, los ciudadanos cubanos residentes en otros países podrán entrar en Cuba con su pasaporte habilitado".
Los cubanos en el extranjero que deseen viajar a la Isla tendrán que enviar sus pasaportes a las sedes diplomáticas cubanas en cuestión a partir del próximo abril con el fin de que estos sean habilitados con un cuño.
Por su parte, el gobierno de Bush continuó un paso contrario al anunciado por Cuba, al fortalecer sus acciones represivas contra los norteamericanos que viajaron a la Isla sin las muy limitadas autorizaciones que otorga casuísticamente el Departamento norteamericano de Estado.
Miles de esos ciudadanos han sido multados en los últimos meses, como parte de un programa anticubano de la Casa Blanca que busca "hacer aplicar" el bloqueo vigente contra la Isla hace más de cuatro décadas.
La más reciente de las acciones de la administración republicana con el fin de restringir al máximo los viajes a Cuba fue anunciada esta semana e interesa a las embarcaciones que -aparentemente con objetivos de recreo- viajan desde puertos norteamericanos a cubanos.
Aunque la acción fue criticada por agrupaciones anticastristas en Miami las cuales, según denuncias, tratan de causar un conflicto bélico cubano-norteamericano al enviar, como provocación política contra los cubanos, barcos a las costas de Cuba, Bush fortaleció la aplicación de un decreto, el 6867, explicando esa decisión como una medida para fortalecer el bloqueo.
La medida presidencial fue originalmente aplicada por el presidente anterior, Bill Clinton, y destinada precisamente a evitar incidentes con Cuba debido a la acción de barcos provocadores y no controlados por el gobierno norteamericano.
La proclama de Bush extiende la facultad de la de Clinton al señalar que "el Departamento de Seguridad Nacional [DHS] estará autorizado a inspeccionar, en cualquier momento, cualquier embarcación, extranjera o doméstica, en aguas territoriales estadounidenses; a custodiar esas embarcaciones; y expresamente con mi consentimiento, tomar completa posesión y control a bordo de esas naves para asegurar los derechos y las obligaciones de Estados Unidos".
La Casa Blanca explicó que el nuevo decreto "limitará recursos que pudieran ser empleados" por Cuba para "respaldar actividades terroristas y usar la fuerza contra víctimas inocentes, incluyendo estadounidenses", invirtiendo así la implicación de la medida de Clinton mediante más acusaciones contra la Isla.
WDS
WORLD DATA SERVICE,- Fuentes oficiales cubanas en Estados Unidos confirmaron que las autoridades de la Isla abolirán los permisos de entrada a Cuba que necesitan los cubanos residentes en el extranjero para viajar a su país, mientras que el gobierno del presidente norteamericano, George W. Bush, continuó en su esfuerzo por prohibir a los ciudadanos estadounidenses que viajen al país caribeño.
La agencia de noticias estadounidense AP y el diario miamense Miami Herald, dijeron este viernes que a partir del primero de junio cobrarán vigencia los nuevos reglamentos cubanos en ese sentido, y citaron como fuente a Lázaro Herrera, vocero de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington, D.C.
El gobierno cubano anunció desde el año pasado que, en efecto, el denominado permiso de entrada quedaría abolido en 2004. A partir de que ello ocurra los cubanos que residen en el extranjero podrán viajar a su país con el uso de su pasaporte debidamente legalizado por las autoridades isleñas.
La necesidad de esos permisos fue establecida por La Habana cuando el conflicto entre Estados Unidos y Cuba era particularmente intenso y violento en la década de los años 60, y personas y agrupaciones radicadas en territorio norteamericano, entre otras, llevaban a cabo con frecuencia acciones anticubanas consideradas como terroristas.
De esa manera los permisos fueron aplicados como una medida defensiva cubana, según fuentes oficiales del país caribeño.
El diplomático Herrera fue citado por las fuentes norteamericanas de noticias al señalar que "desde el 1ro. de junio, los ciudadanos cubanos residentes en otros países podrán entrar en Cuba con su pasaporte habilitado".
Los cubanos en el extranjero que deseen viajar a la Isla tendrán que enviar sus pasaportes a las sedes diplomáticas cubanas en cuestión a partir del próximo abril con el fin de que estos sean habilitados con un cuño.
Por su parte, el gobierno de Bush continuó un paso contrario al anunciado por Cuba, al fortalecer sus acciones represivas contra los norteamericanos que viajaron a la Isla sin las muy limitadas autorizaciones que otorga casuísticamente el Departamento norteamericano de Estado.
Miles de esos ciudadanos han sido multados en los últimos meses, como parte de un programa anticubano de la Casa Blanca que busca "hacer aplicar" el bloqueo vigente contra la Isla hace más de cuatro décadas.
La más reciente de las acciones de la administración republicana con el fin de restringir al máximo los viajes a Cuba fue anunciada esta semana e interesa a las embarcaciones que -aparentemente con objetivos de recreo- viajan desde puertos norteamericanos a cubanos.
Aunque la acción fue criticada por agrupaciones anticastristas en Miami las cuales, según denuncias, tratan de causar un conflicto bélico cubano-norteamericano al enviar, como provocación política contra los cubanos, barcos a las costas de Cuba, Bush fortaleció la aplicación de un decreto, el 6867, explicando esa decisión como una medida para fortalecer el bloqueo.
La medida presidencial fue originalmente aplicada por el presidente anterior, Bill Clinton, y destinada precisamente a evitar incidentes con Cuba debido a la acción de barcos provocadores y no controlados por el gobierno norteamericano.
La proclama de Bush extiende la facultad de la de Clinton al señalar que "el Departamento de Seguridad Nacional [DHS] estará autorizado a inspeccionar, en cualquier momento, cualquier embarcación, extranjera o doméstica, en aguas territoriales estadounidenses; a custodiar esas embarcaciones; y expresamente con mi consentimiento, tomar completa posesión y control a bordo de esas naves para asegurar los derechos y las obligaciones de Estados Unidos".
La Casa Blanca explicó que el nuevo decreto "limitará recursos que pudieran ser empleados" por Cuba para "respaldar actividades terroristas y usar la fuerza contra víctimas inocentes, incluyendo estadounidenses", invirtiendo así la implicación de la medida de Clinton mediante más acusaciones contra la Isla.
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